Ruta sencilla con muy buenas vistas
La presa de El Gasco es una presa inacabada, construida en el último tercio del siglo XVIII sobre el río Guadarrama. Sus ruinas se encuentran en la confluencia de los términos municipales de Torrelodones, Galapagar y Las Rozas de Madrid, en la zona noroeste de la comunidad autónoma española de Madrid.
Fue promovida por el ingeniero de origen francés Carlos Lemaur, en el contexto de las obras del canal del Guadarrama, que tampoco llegó a concluirse, del que hubiese sido su embalse regulador. Mediante este proyecto, se pretendía realizar un canal navegable de 771 km, que, salvando un desnivel de 700 m, hubiese unido fluvialmente la Submeseta Sur con el océano Atlántico, comunicando las aguas de cuatro ríos principales: el Guadarrama (su punto de origen), el Manzanares (a la altura de Madrid), el Tajo (a su paso por Aranjuez) y el Guadalquivir (por Sevilla).
En 1787 comenzó a levantarse la presa de El Gasco, con un presupuesto de 180 millones de reales. Las obras fueron dirigidas por Carlos y Manuel Lemaur, hijos del autor del proyecto, quienes simultanearon este trabajo con la construcción de pequeños canales, entre ellos uno de riego, de 11 km de longitud, en las vegas de Uceda, Torremocha de Jarama y Torrelaguna.
Las obras duraron doce años, que estuvieron marcados por las adversidades. A la comentada precariedad económica del Banco de San Carlos, que condicionó los plazos de ejecución, se añadió una epidemia de paludismo, que acabó con la vida de numerosos trabajadores, todos ellos presidiarios que cumplían de ese modo su condena. Al mismo tiempo, surgieron dudas sobre la viabilidad técnica del proyecto.1
Éste se abandonó definitivamente el 14 de mayo de 1799, después de que una fuerte tormenta derrumbara parte del muro meridional, cuando se llevaban 53 m construidos.
Según se afirma en el estudio Carlos Lemaur y el canal de Guadarrama,2 realizado por Teresa Sánchez Lázaro, la presa estaba mal proyectada. La autora sostiene que el derrumbe provocado por la tormenta fue el mejor final posible y que, dada la geometría de su sección, la Presa de El Gasco se hubiese venido abajo antes o después, incluso en pleno periodo de construcción.
Las obras duraron doce años, que estuvieron marcados por las adversidades. A la comentada precariedad económica del Banco de San Carlos, que condicionó los plazos de ejecución, se añadió una epidemia de paludismo, que acabó con la vida de numerosos trabajadores, todos ellos presidiarios que cumplían de ese modo su condena. Al mismo tiempo, surgieron dudas sobre la viabilidad técnica del proyecto.1
Éste se abandonó definitivamente el 14 de mayo de 1799, después de que una fuerte tormenta derrumbara parte del muro meridional, cuando se llevaban 53 m construidos.
Según se afirma en el estudio Carlos Lemaur y el canal de Guadarrama,2 realizado por Teresa Sánchez Lázaro, la presa estaba mal proyectada. La autora sostiene que el derrumbe provocado por la tormenta fue el mejor final posible y que, dada la geometría de su sección, la Presa de El Gasco se hubiese venido abajo antes o después, incluso en pleno periodo de construcción.
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