Ruta muy sencilla desde Villanueva del Pardillo a Quijorna pasando por Brunete y Villanueva de la Cañada
La localidad de Brunete ha dado nombre a una de las batallas más importantes de la Guerra Civil. Entre el 6 y el 25 de julio de 1937 se desarrolló la contienda, que comenzó a con la ofensiva del ejército republicano, con el objetivo de aliviar la presión sobre el Madrid sitiado por los nacionales y que éstos se vieran obligados a retirar tropas del N de España.
El plan diseñado por el coronel Rojo, consistía en lanzar un ataque de N a S, desde la carretera de Majadahonda a El Escorial y avanzar rompiendo las líneas enemigas, hasta alcanzar Móstoles y Navalcarnero.
Por parte republicana intervinieron dos cuerpos del ejército: el V, mandado por el general Modesto y el XVIII, por el coronel Casado, bajo el mando supremo del general Miaja.
Por parte del nos nacionales interviniero la 71ª división, de Iruretagoyena, la 13ª del general Barrón, las 12ª División, Ascensio Cabanillas yh la 150ª División de Sáenz de Buruaga. Partiendo de posiciones cercanas a Valdemorillo, durante la noche del 5 al 6 de julio las tropas de Lister tomaron Brunete.
Del 7 al 11 se ocuparon Quijorna, Villanueva del Pardillo y Villafranca del Castillo. A partir de este avance fulgurante la ofensiva comienza a perder fuerza y los nacionales comienzan su contraofensiva el día 16 recuperando terreno poco a poco. El día 27 ha terminado todo, quedando el frente de nuevo estabilizado, con un pequeño avance republicano, que costó la muerte de alrededor de 20.000 soldados republicanos y de 17.000 nacionales.
Los costes humanos y materiales para uno y otro ando, fueron enormes estando considerada esta batalla como una de las más sangrientas de la Guerra Civil.
Los bunkers de Brunete -los aquí situados de las carretera de Villanueva de la Cañada- fueron construidos por los nacionales después de la batalla.
El Castillo de Villafranca o de Aulencia se encuentra situado en el espigón u horcajo en el que se juntan el Guadarrama y su afluente principal. En el lugar se ubica un despoblado medielval. El Horcajo, nombrado en el s.XIV en el Libro de la Montería, que en el s XV, cambió su nombre por Villafranca.
Su primer señor fue un tal García Hernández, en el s. XIV. En el s. XV pasó a manos de Alonso Álvarez de Toledo, que junto a su mujer fundaron en 1450, un mayorazgo con la villa y con él seguramente se levantó la fortaleza. De 1494 es la primera referencia al castillo. El 10 de marzo, en Medina del Campo, se dicta una instrucción “para que el alcalde de Villafranca haga vida con su mujer y deje a su manceba”.
Siguió en manos de la misma familia hasta el x. XVIII y hoy se encuentra dentro de una gran propiedad privada, no pudiendo ser visitado. Su último papel importante lo jugó en la Batalla de Brunete, durante la Guerra Civil, en 1937, cuando fue utilizado como fortín y sufrió graves daños.
El núcleo principal es de planta cuadrada, de unos 25 metros de lado, con torres semicilíndricas en los cuatro ángulos y en la mitad de los cuatro paños. Su elemento más destacado es la torre del homenaje, de 14 a 13 m de ancho y mas de 20m de alto, y, que se halla adosada a una de las esquinas de la construcción.
Consta de varios pisos, de los cuales sólo es accesible la planta baja, que se compone de dos salas abovedadas, comunicadas entre si, con entradas al patio de armas.
Está rodeado por una barbacana o antemuro.
— Miguel Sánchez (@SanchoMarrane) May 20, 2017
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